Aprender a moverse y aprender a cambiar los patrones de movimiento, tanto en las técnicas cotidianas como en las extracotidianas, además de un hecho culturalmente normado, es un fenómeno psicológico y psicomotriz con una lógica propia. Vestirse es una práctica constante que requiere conocimientos, técnicas y habilidades desde cómo atarse los cordones o hacer el nudo de la corbata, hasta comprender la interrelación correcta de colores, texturas, telas y las diferentes situaciones sociales en las cuales ese vestuario actuará para que se adecuen a nuestros propósitos, a la imagen que queremos proyectar con nuestros cuerpos, a nuestras identidades. Y la palabra «chundo» cuando los chicos discursan en el periódico, en la televisión, en la radio, en una conferencia, en una universidad, en una mesa redonda, «soy fulano de tal y soy orgullosamente chundo» (cholo), y cuando este chundo baila y cuando este chundo habla, la otra parte del público se conmociona porque los chundos que él conoce, para él en ese sentido genérico está incluido el delincuente, el ladrón, el violador, el asesino, el adicto. Es resignificar la palabra despreciativa, para nosotros es un signo de pertenencia que otra vez es un signo de identidad.
Pues en aquel boom de música también se vino entonces una forma particular de bailar, y yo siento que ahí está el sentido básico de «la reta», en quién inventa más pasos, en quién al momento de moverse puede resignificar lo que está escuchando. Sienten la música de manera completamente diferente a los patrones de baile caribeños colombianos. Las camisas «tropicales» siguen siendo usadas profusamente en la actualidad, ya no se hacen préstamos del rock, sino del hiphop, con sus pantalones muy anchos (varias tallas más grandes, marca Dickies) y sudaderas igualmente amplias con estampados y aerografiados, en este caso de motivos colombianos. Para dicho fin se toma el modelo de «joven rebelde» por antonomasia (el roquero) que usaba playeras negras con nombres de grupos de rock, pantalones de mezclilla apretados y tenis Converse. En Monterrey, a partir de los años ochenta, los jóvenes colombias comenzaron a desarrollar una vestimenta específica que los diferenciara del resto de los grupos sociales y de edad, de aquella ciudad. Concluyo proponiendo unos espacios a investigar, lugares donde se sintetizan todas las aproximaciones teóricas analizadas en el artículo y que se muestran ideales para la comunicación corporal de los jóvenes y otros grupos.
Esta sintonización (Schütz) con nuestro cuerpo, esta conciencia corporal como «objeto» en el ámbito público es congruente con el concepto goffmaniano de escenario de la vida social, donde nos encontramos en un «primer plano» o «en el escenario», y para la vida privada está la analogía con «tras los bastidores» o «detrás del telón». El dialecto corporal es un discurso convencionalizado. El cuerpo y su vestimenta están altamente regulados, aun en el ámbito privado, mucho más en el público. Como era de esperarse en mayor medida por ser una ciudad de frontera la vestimenta colombias resultó un híbrido de las diferentes influencias a las cuales estaban expuestos los jóvenes regiomontanos de clase popular. En general, los hombres no se sienten vulnerables en ciertos espacios y a ciertas horas a diferencia de las mujeres. Para Lipovetsky (1990), la moda es un proceso relacionado con la modernidad occidental, que plantea de fondo una necesidad de individualidad, de identidadsubjetividad y, en general, de comunicación. Así, la moda y la ropa son ideales en este sentido, porque permiten esta comunicación directa, rápida y fluidamente, sin grandes ritualidades ni filtros comunicativos. Así, aparecen los bailes del «gavilán», «la motoneta», «el Fome 30»,14 «la burra», como los hermanos conocidos de muchos otros que no tuvieron la fortuna de ser «nombrados» por la televisión.
A través del uso del tiempo, la gente comunica interés, compromiso, estatus, jerarquía, entre otros aspectos. Al bailar merengue y otros ritmos similares, en México no se tiene mayor intercambio físico, muy posiblemente por una cuestión moral, sino que se establecen dos líneas, frente a frente, de un lado hombres y del otro mujeres. El estudio del performance muestra cómo las personas no se comportan de una sola manera, sino que, al igual que en las actuaciones del teatro o de las películas, desempeñan diferentes papeles, dependiendo del tiempoespacio (escenario) en que se encuentren, además de las personas con quienes interactúen.
En consecuencia, después abordo la teoría del performance que busca entender las relaciones sociales como una «presentación», es decir como una «puesta en escena». En contraste con la teoría lingüística generativa (Chomsky), la noción de performance desarrollada por Dell Hymes se muestra como un modo de acción que establece, o representa, un marco interpretativo especial, dentro del cual debe ser entendido el acto comunicativo. La teoría del performance nos habla de un modo de comunicación estéticamente manifiesto y denso; enmarcado en un espacio singular y puesto en escena para una audiencia. Así es como surge la necesidad de concebir la investigación de la comunicación en términos de niveles de complejidad, de contextos múltiples y sistemas circulares. Este asunto aporta a la investigación del baile un importante elemento de interpretación. Y que esta forma de bailar despreciada, menos valorada, ridiculizada, pudiera ser un elemento que pudiera convivir con las demás formas de cultura local. En sus inicios, lo que se hace es cambiar la playera negra por una camisa «tropical», florida, de palmas, en referencia simbólica a la playa, el Caribe y la alegría. En estos pogos, conscientemente, se busca la fricción, el choque, los golpes, con el fin de soltar stress, frustraciones, enojo, equipaciones de futbol baratas rabia; dentro de un espaciotiempo relativamente «regulado» y siguiendo el compás de una música.
En términos generales, la estética colombias busca enviar un mensaje de alegría, juventud, descomplicación y rebeldía. Con el paso de los años, y también debido a la represión policial, la vestimenta colombias ha cambiado continuamente; sólo se han mantenido inalterados los tenis Converse, íconos de las culturas juveniles. El Converse, es un clásico, se puede decir que es el zapato de la rebeldía, gente libre, porque no solamente ha sido usado en este caso por la raza colombias, sino inclusive si nos vamos a los sesentas, setentas, con toda esta onda de las primeras manifestaciones de rebeldía, tanto en Estados Unidos, que adoptan esta cuestión del Converse y como que se queda grabado a lo mejor inconscientemente entre varias razas, a través de las películas que la raza también lo va adoptando, se convierte básicamente en el tenis de la rebeldía. Los códigos motrices no se producen de manera arbitraria, sino que surgen integrados a las necesidades específicas de ciertas condiciones económicas, culturales y sociales. Con esta nueva estética disruptiva, envían un mensaje de alteridad, de manera asertiva y contestataria, en la lógica que desarrolla Goffman (2001). De su situación marginal y estereotipo, elaboran una resignificación, convirtiéndola en un elemento reivindicativo, «hacen ostentación de su estigma».
Los bailes han cambiado con cada nueva generación de colombias, pero se mantiene la fuerza, la alegría, el ímpetu y la vitalidad. Pero esa otra parte de la sociedad sigue viendo con el mismo estigma a las personas que escuchan música colombiana, que bailan música colombiana como los violentos, como los enajenados, como los ladrones, como los asesinos y yo he puesto a consideración en algunas conferencias o en algunas charlas por ahí, la siguiente comparación: a ver, en la época sesentera el rock estaba igualmente estigmatizado, el joven que traía el pelo largo, chamarra de cuero, etcétera, ya inmediatamente era catalogado como adicto, violento, marginal, etcétera; esa generación es ahora la de padres y profesionistas de esta nación o de otras naciones, y para esos momentos de subida, ya no es entonces el maldito de la película, ya es un hombre que ha sido asimilado por la sociedad, eh, ¡
Así, la primera generación de colombias se encuentra con un sonido que les interpela poderosamente el cuerpo, pero no sabían cómo bailarlo. En Monterrey, se estigmatiza y se intenta cambiar el baile de la cumbia que crearon los jóvenes colombias por similares motivos. Así, los músicos colombias y los discjokies saben que una cumbia va a «prender» a todo el público y será un éxito dentro de la fiesta; pero también saben que después de una ronda de cumbias inevitablemente se van a armar los golpes. En eso de la vestimenta siempre hemos tenido la cuestión esta de copiarnos allá, de Estados Unidos, toda la gente que se va para allá, los famosos chican os, los cholos, toda esa forma de vestir de allá, sale en películas o muchachos que van a trabajar allá y vienen con tal ropa y pues trata la mayoría de la gente de traer esa ropa. Una vestimenta que es adecuada para una mujer en un club nocturno debe ser cubierta antes de entrar al sitio y, al salir, hombres y mujeres experimentan de manera diferente su performatividad en la calle, en la noche.